Lo que más me sorprendió del taller, no fue precisamente las enseñanzas,
sino el amor y la pasión de Hamon por los hermanos y las almas perdidas que no han escuchado el Evangelio de Jesucristo. Su vitalidad y energía con la que compartía sus experiencias en la calle, lleno del poder del Espíritu Santo, encendió aún más la llama que arde en el corazón de todos nosotros, al menos, la mía. De manera que estaba sentado en la silla escuchando a este hombre, y a la vez, tenía unas ganas impresionantes, de salir a la calle y proclamar el nombre de Jesús. La doctrina trataba sobre las, ya conocidas por muchos, 4 leyes espirituales en las que se resume el plan de redención en Cristo. A pesar, de que muestro cierta disconformidad con estos puntos, sobre todo para evangelizar, hablaré sobre esto, quizá en otra entrada.
(Más información en el sitio web "The 4 points", en español, los 4 puntos)
Una vez que nos reunimos un buen número de hermanos en la plaza del arenal, comenzamos la tarde dándole gracias por quien era y lo que había hecho por nosotros y oramos por aquellas personas con las que hablaríamos. Luego el hermano comenzó la ruta con su cruz al hombro y parándose a orar por algunas personas y compartirles del amor de Dios. Yo tuve dos buenas conversaciones con dos personas, Juanlu y Paco. Les pregunté que significaba para ellos la cruz, que cargaba el hombre en su hombro. Me dijeron que les recordaba castigo y a la persona de Jesucristo. Les compartí que él había tomado el castigo por nuestros pecados, muriendo en la cruz, para salvarnos del juicio de Dios y darnos vida eterna en lugar de condenación. Escucharon, agradecieron el tiempo que tomé con ellos y pude orar por sus vidas. Orar por ellos tú también, por favor, y comparte las buenas noticias de Jesús.
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