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sábado, 12 de julio de 2014

Uso de las Redes Sociales

Los que me conocéis, sabéis que me encantan las redes sociales. De hecho, las utilizo prácticamente todas de manera regular. Es un excelente medio para comunicarse, compartir lo que quieres que otros vean de ti y lo que piensas, mantenerse al tanto de las últimas noticias y ser alimentado de información relevante para ti, además de difundir aquello que quieres que tengo el mayor alcance posible.

Hace mucho tiempo, no mucho después de registrarme y darles uso, hice un compromiso de utilizar las redes sociales para expandir el Evangelio de Jesús. De hecho, un simple vistazo en mis publicaciones para darte cuenta de ello. Seguro que muchos han pensado, y de hecho me lo han dicho, que soy un fanático religioso, pero quiero que sea lo más lejos de la realidad. La verdad es que mi vida gira en torno a la persona de Cristo y mi corazón abunda en agradecimiento y amor por él, ¿de qué otra cosa voy a compartir? Por ejemplo, los amantes del fútbol, hablan del fútbol, los entendidos de vídeo juegos, hablan del último juego que ha salido o de cual es la mejor consola. Es inevitable pensar y hablar de lo que abunda tu corazón. Mi corazón le pertenece a Jesucristo y son sus buenas noticias las que quiero compartir siempre y ¡ay! de mí si no lo hiciera.

Pero, gracias a los consejos de buenos amigos me dí cuenta que últimamente estaba haciendo algunas cosas mal en mi uso de las Redes Sociales. Les estoy muy agradecido y he tomado muy en serio sus recomendaciones. Por eso, he tomado los siguientes compromisos:

  • No utilizarlas para convertirlas en foros de discusión o debate, ya sea teológico, filosófico o del tema que sea. Ya que por escrito, no se saben los tonos ni las motivaciones con que se comenta, dando lugar a confusiones y malos entendidos. 
  • No publicar nada que no sea de edificación para todos aquellos que lo lean, contribuyendo a la paz y no a la discordia. 
  • No convertirlas en un campo de batalla, donde se intercambien opiniones solo para imponer mi razón y humillar a la persona que no piensa igual. Tampoco compartir mensajes polémicos o que se interpreten como acusaciones personales.
  • No criticaré públicamente a ninguna persona o entidad por muy en desacuerdo que esté y no respete su manera de pensar, actuar o enseñar. 
  • No impondré mi pensamiento sobre nadie ni pretenderé ser el que cambie en unos días, controversias que han existido por siglos y en lo que los seres humanos no se han conseguido poner de acuerdo. 
En definitiva, ser muy prudente en aquello que publico porque puedo dar una imagen de mí mismo que no soy en realidad. Si quiero debatir o hablar de ciertos temas controversiales, lo haré de manera privada o en persona, que es verdaderamente como uno se relaciona en el mundo real, fuera de Facebook o Twitter.

¿Estás de acuerdo conmigo y te comprometes a hacer lo mismo?

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